(Para mujeres)
Si existe alguna experiencia digna de conocer en primera persona es la de viajar sola. En este artículo que, como dice el título, está dedicado exclusivamente para mujeres, quiero contarles de las ventajas de viajar sola.
El encabezado del blog dice “Viajar es un acto revolucionario” y más si lo haces sola. Es sin dudas una de las experiencias más enriquecedoras e inolvidables que podrías vivir. Hoy voy a intentar transmitirte desde mis propias experiencias y las de otras viajeras, un poco de esa magia que ocurre cuando te vas sola.
Antes que nada aclarar que en este artículo no voy a hablar de nómadas digitales, trotamundos, mochileros o aventureros que deciden dar la vuelta al mundo o de voluntariados (ese es tema para otro post). En éste me dirijo a mujeres que quieren ir de vacaciones, escapadas, fines de semana o una temporada completa a cualquier lugar, solas como turistas.
Uno de los principales temores es la inseguridad. Si bien nadie puede garantizarte que nada te pase en el viaje, es cierto que tomando precauciones no debería ser tan inseguro. La edad, la experiencia de vida, el carácter o la personalidad influyen pero no es determinante en esta experiencia.
Seguí los consejos conocidos por todas: avisa donde estarás y deja el nombre y teléfono del hotel o la ubicación por whatsapp a alguien de confianza, evita salir a caminar de noche, preferí la temporada alta para realizar el viaje, si te sentís perseguida, observada o presentís algo extraño pedí ayuda, averigua previamente los números de teléfono o direcciones de policía y emergencias del lugar. Si estas conociendo a alguien evita ir a lugares alejados y si vas a otro país, siempre contrata un seguro de viaje y cerciórate sobre qué te cubre en cada caso.
Está comprobado que, el hecho de ser mujer genera más confianza en la gente, eso te abre más puertas y sobre todo te ganas la confianza de otras mujeres que pueden ayudarte si te ven sola o desprotegida. Es un punto a favor para nosotras.
Y acá viene el mensaje más importante que te quería dejar: “viajar sola no significa estar sola”. Muchas mujeres no quieren viajar solas porque le temen a la soledad o a sentirse mal por no tener a nadie cerca. Y eso está muy lejos de la realidad (a menos que quieras estar realmente sola).
En el viaje te vas a encontrar con muchísima gente y vas a notar que interactuas más de lo que lo hubieras hecho si ibas acompañada con amigos o pareja. Al estar sola estas más receptiva, más abierta, más amigable, más observadora, prestas más atención a tu alrededor y siempre vas a encontrar otros turistas que como vos comparten la excursión o el micro solos.
Si vas a algún pueblo alejado de la ciudad vas a notar que los lugareños suelen ser muy amables con el turista y que los hoteles son atendidos la mayoría de las veces, por sus propios dueños y con mucha hospitalidad. Te pueden orientar sobre lugares, historias y secretos para descubrir que tal vez no encontrarías en un portal de Internet o guía turística. Aquí te ganaste un verdadero tesoro.
Viajar sola te hace vivir muchas experiencias que te dejan enseñanzas que no podrías aprender de otra manera, incluso leyendo esta nota. Por ejemplo aprendes ciertos “hábitos del viajero” como ir más liviana, sin tantas valijas ya que no contas con nada más que tus dos brazos para cargar todo.
Como decíamos antes, te volves más intuitiva y atenta. Sabes que tenes que cuidarte sola y eso genera un poco más de responsabilidad y realmente no dormís al cien por ciento. También mejora tu sentido de orientación y prestas atención a cosas que antes no le dabas importancia.
También te pueden pasar cosas insólitas o graciosas que en otras ocasiones no te habrían ocurrido, por ejemplo terminas yendo a un baño público con la puerta abierta ya que no entran las valijas y tampoco podes confiárselas a nadie. Terminas riéndote sola de esas anécdotas.
Otra de las ventajas de viajar sola es que te volves más creativa frente a los imprevistos y auto-descubrís capacidades que tal vez ni sabias que tenías. La experiencia de viajar sola es similar a cuando te vas a vivir sola, hay muchas cosas que te das cuenta que si no las haces, nadie las hará por vos. Si bien eso te obliga a salir del sillón de la comodidad, tiene un dulce sabor a libertad que no querrás dejar jamás.
Viajar sola te da muchísima libertad, las decisiones son tuyas. Vos elegís donde queres ir, si queres cambiar el recorrido, si deseas irte antes o quedarte más tiempo en un lugar. Manejas tus tiempos, podes demorarte cuatro horas caminando en una feria artesanal o tardar dos horas preparandote para salir sin que nadie se moleste por eso, o si preferís podes dormir toda el día. Libertades como esas sin que nadie te las discuta, no tienen precio.
Ir de vacaciones con amig@s es otra de las mejores experiencias que hay, pero es cierto que tenes que negociar todo, porque los lugares, las comidas, las rutinas y horarios o los intereses de uno no siempre coinciden con los de los otros y en ese tipo de viajes (que a mí personalmente siempre me gustaron mucho) es donde se hace imprescindible la tolerancia, el respeto, los acuerdos, etc. en la convivencia conoces a tus amig@s mejor que nunca y puede terminar convirtiéndose en una experiencia muy enriquecedora (o todo lo contrario). Pero en esta ocasión estamos hablando de las ventajas de viajar sola.
Viajar sola también es una oportunidad para auto-conocerte. Al estar más tiempo con vos misma empezas a encontrarte con tus sueños, tus ilusiones, tus miedos, tus inseguridades, con tu libertad. Tenes tiempo suficiente para reflexionar y pensar. El silencio te ayuda a tomar decisiones y resolver conflictos; tenes ese espacio para vos.
Otra de las cosas que pasan cuando viajas sola es que aprendes a confiar en vos misma y en tus habilidades, aprendes a improvisar para resolver los problemas que pueden llegar a ocurrir y te volves mucho más valiente, por ejemplo cuando aparece una araña en la habitación y solo estas vos, ella y tu instinto de supervivencia (si, son cosas que pueden pasar).
Uno de los “regalos” que te llevas del viaje es la satisfacción de haberlo logrado, además de much@s amig@s por el mundo que seguro dejarás bajo la promesa de volver a ver pronto. Y diciendo la frase típica de toda viajera sola “lo que pasó en… se queda en…”
Obviamente no todo lo que sucede en un viaje, como en la vida misma, es de color de rosa. Hay cosas que pueden salir mal o momentos donde desearás estar acompañada. Pero seguro que de esos momentos te llevarás algo positivo. Y si no te gustó la experiencia no la repetís, pero peor es quedarte con las ganas de haberlo intentado.
Del viaje te llevas muchas cosas que con el dinero no se pueden comprar, vas a valorar mucho más a tus seres queridos y la comodidad de tu casa, no porque lo hayas pasado mal sino porque tendrás miles de cosas para contarles y toda la energía para seguir con tu vida y tus proyectos.
Uno de esos proyectos será el de ir pensando en el próximo destino porque te aseguro que viajar se convierte en una adicción muy sana que no querrás abandonar nunca. No dejes que te lo cuenten, hacé tu propio camino y después contanos tu experiencia, te espero!
Para que puedas ir pensando en tu próximo viaje, date una vuelta por:
“El mejor regalo para los niños”
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